Destiny desplegó su magia mientras luchaba contra una persistente forma de cáncer. La travesía comenzó cuando encontraron dos tumores grandes en el cerebro de Destiny, uno del tamaño de un puño, cuando sólo tenía 18 meses.
Al día siguiente del diagnóstico, Destiny estaba en las manos del Dr. Glenn Morrison, un neurocirujano del Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, que extirpó los tumores con éxito.
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