Estimados Dr. Ragheb y Dra. Niazi:
Gracias desde lo más profundo de nuestros corazones por el increíble apoyo y cuidado que le brindaron a nuestra Olivia. Agradecemos su rápido accionar, su compasión, sus conocimientos expertos y su cuidado en su recuperación posoperatoria. Dr. Ragheb, cuando lo conocí, Olivia y yo nos encontrábamos a cientos de millas de distancia de nuestro hogar y nos habíamos perdido nuestras vacaciones en familia. Sin embargo, cuando identificó la fuente del absceso de Olivia como conducto sinusal dérmico con médula espinal anclada, valieron la pena las circunstancias en las que nos conocimos. Mis primeras impresiones de usted fueron que era una persona con una visión clara, muy conocedora, amable, considerada y respetada por sus colegas. Y aún más importante, usted fue una persona dispuesta a coordinar la atención al otro lado del país para Olivia.
Hubo dos cosas que solidificaron estas impresiones:
- Cuando me llamó después de que envié a Olivia a una revisión de MRI (imágenes por resonancia magnética). Tenía el presentimiento de que en la lectura de las MRI faltaba la parte esencial que usted mencionó la primera vez que vio a Olivia; el conducto sinusal dérmico. Usted confirmó ese presentimiento. Usted no tenía NADA por ganar al llamarme para analizar su MRI, solo ayudar.
- Cuando Olivia continuó enfermándose por su absceso y no pudimos encontrar la ayuda y los recursos que necesitábamos en casa, llamamos a su consultorio. Era el fin de semana previo a Navidad. Y usted dijo, “Venga”.
Es una persona de gran corazón, un neurocirujano que no solo tiene los conocimientos, sino también un pensamiento amplio y compasión para reducir los obstáculos en la atención del paciente. Se puede decir que lo que usted hace es más que un trabajo. Es una pasión. (Creo que mi esposo pensaba que yo imaginaba lo magnífico que usted era, pero cuando se quedó en Miami con Olivia la última semana, ¡comencé a recibir llamadas efusivas sobre usted! ¡Ja!).
La Dra. Niazi y el Dr. Ragheb nos brindaron su atención cuando llegamos a Miami, el día antes de vísperas de Navidad. ¡Estaba aterrorizada! ¿Qué hubiese sucedido si no compartía la misma visión de las necesidades y el caso de Olivia que el Dr. Ragheb? NO puedo expresar en palabras la sensación de tremendo alivio que sentí cuando la escuché decir esas pocas palabras:
“Los cuidaremos”.
Oh. Santos. Cielos. Y luego, la llevó a cirugía en vísperas de Navidad. Tomó medidas. No esperó un momento más conveniente para usted. No realizó 100 pruebas diferentes más. DIOS LA BENDIGA por eso. Usted supo lo que ella necesitaba y tomó medidas. Y en ese momento comprendí por qué su equipo de neurocirugía es uno de los mejores de EE. UU. Porque se trata de una cultura de cuidados. De reducir los obstáculos para los pacientes. De hacer lo correcto. Y ese tipo de cultura es difícil de hallar. Creo que es tan amable, conocedora y respetada como el Dr. Ragheb.
Después de la cirugía, esperábamos con ansias que nos enviaran a casa con un plan para completar un tratamiento con antibióticos i.v. y antifúngicos. Sin embargo, mantuvo a Olivia hasta que consideró que estaba bien. Incluso después de habernos ido a casa (hasta semanas después de la cirugía) usted se mantuvo en contacto con nuestra familia y coordinó con su pediatra. Tenía todas las oportunidades de ceder el mando. Y hubiese sido mucho más fácil para usted hacerlo. Pero no lo hico. Dra. Niazi, no podemos expresar nuestra gratitud con palabras.
A veces, en el mundo de la atención médica, hay enormes barreras para recibir la atención que se necesita. Gracias a ambos por demostrarnos que no tiene que ser de ese modo. Gracias por demostrarnos que los expertos pueden trabajar como un equipo coordinado y recibir atención coherente con excelentes resultados. Los dos son médicos grandiosos, pero son aún personas más magníficas. Felix y yo estamos eternamente agradecidos por haberlos conocido a ambos. Si Olivia pudiera hablar, diría lo mismo.
Les deseamos mucho amor y muchas bendiciones desde Midwest,
La familia Muñoz