Sebastian, quien nació el 10 de abril de 2000, parecía no tener problemas. Su altura era de 19,5 pulgadas (49,5 cm), pesaba 3,5 libras (1,6 kg) y sólo requirió 4 horas de ventilación, bastante impresionante para un bebé que nació 11 semanas antes de la fecha probable de parto. Pero ésa sólo fue la primera prueba para el pequeño Sebastian.
Antes del regreso a casa del bebé, a los padres primerizos Esther y Carlos les dijeron que Sebastian debía visitar a un neurólogo. En la visita, Sebastian fue diagnosticado con un caso grave de parálisis cerebral, una afección que causa dificultad con el control muscular. En el caso de Sebastian, sería casi imposible que pudiera dar pasos importantes como masticar alimentos sólidos y caminar.
"Un especialista de la comunidad dijo que mi hijo nunca sería normal", recuerda Esther, "por lo que nunca más lo visité".
En cambio, la residente de Hialeah llevó a Sebastian a un centro de rehabilitación en Miami, donde finalmente escuchó hablar acerca un procedimiento que ofrecían en el Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, y que cambiaría la vida de Sebastian para siempre.
Progreso
Sólo poco tiempo después que sus pares, Sebastian aprendió a caminar con un andador. Cuando caminaba, las piernas de Sebastian se movían con un movimiento estilo tijeras, lo que causaba que su cuerpo se encorvara hacia el piso. Después de muchas investigaciones, el incentivo del fisioterapeuta de Sebastian y un encuentro con el Dr. Glenn Morrison, neurocirujano pediátrico del personal del Nicklaus Children's, Esther decidió que la rizotomía dorsal selectiva sería beneficiosa para su hijo de 4 años.
"Antes de conocer al Dr. Morrison, me asustaba pensar en este procedimiento", reconoce Esther . "Sin embargo, la manera en que me lo explicó el médico, tranquila y afectuosa, hizo que me relajara, y entendí que Sebastian estaba en buenas manos".
Hacia una vida mejor
Durante la rizotomía dorsal selectiva, se realiza una incisión de una a dos pulgadas (2,5 a 5 cm) en la región lumbar. A través de este orificio, el cirujano puede ver las fibras nerviosas sensoriales que van desde los músculos a la médula espinal. Estas fibras nerviosas responsables de crear rigidez muscular se cortan, lo que alivia la tensión en las extremidades afectadas. Luego se cierra la incisión con un pegamento quirúrgico especial.
"Sebastian tenía muchas posibilidades de obtener resultados positivos a partir del procedimiento ya que no tenía una cantidad excesiva de espasticidad", dice el Dr. Morrison. "Para obtener el beneficio máximo, los pacientes deben someterse a fisioterapia intensiva después de la cirugía. La madre de Sebastian se aseguró de que su hijo realizara esta terapia y, como resultado, Sebastian pudo obtener los beneficios".
Un futuro brillante
Desde que se sometió a la cirugía el verano pasado a los 4 años de edad, Sebastian comenzó a caminar nuevamente; ahora su postura es la correcta, y tiene la esperanza de algún día poder correr con su hermana Rebecca de 18 meses sin su andador. Habla en español y en inglés fluido, adora las artes, asiste a la escuela primaria Miami Springs Elementary y ya ha comenzado a comer alimentos sólidos.
"No encuentro palabras para expresar cuán agradecida estoy por la cirugía que recibió Sebastian", dice Esther. "Quiero decir gracias, gracias, gracias a todo el personal del Nicklaus Children's que ayudó a mi hijo. Es lo mejor que pudo haberle pasado".