Después de un embarazo y parto normale, Marisela y Michael deseaban ver a su hermosa bebé. Sin embargo, al instante notaron que algo no andaba bien. Increíblemente, Hannah nació con una enfermedad conocida como extrofia de la vejiga: la vesícula se encontraba fuera del cuerpo y al revés.
Hannah fue trasladada al Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, con un período de sólo 48 horas hasta la cirugía, una compleja de reparación de vejiga.
Una cuestión de urgencia
"Sólo me llevó un momento darme cuenta de que algo estaba fuera de lugar", dice Marisela, mientras recuerda la primera vez que sostuvo a Hannah en la sala de parto. "Pensé que era debido al ángulo desde el que la miraba, pero su cordón umbilical se encontraba más abajo y hacia afuera, y tenía una pequeña protuberancia con forma de balón en su abdomen".
El obstetra que recibió a Hannah pensó que la protuberancia podía ser su vejiga y le pidió la opinión al neonatólogo del equipo, quien estuvo de acuerdo.
Al poco tiempo, la familia recibió una visita del Dr. Andrew Labbie, urólogo del equipo del Nicklaus Children's. Explicó la afección de Hannah y la necesidad imperiosa de reparar su vejiga. Debido a la flexibilidad de los huesos de Hannah en sus primeros días de vida, el Dr. Labbie sería capaz de reparar su vejiga y reacomodar sus huesos pélvicos sin quebrarlos.
El procedimiento complejo
"En la extrofia vesical, la forma de la vejiga no es redonda; es plana como un panqueque", explica el Dr. Labbie. "Tuvimos que darle la forma redonda y colocarla en su lugar en el abdomen. Como el cordón umbilical se encontraba en la parte superior de la vejiga, también debimos crear un ombligo".
Para posicionar el hueso pélvico, Hannah debió someterse a cirugía ortopédica y debimos colocarle un yeso para sostener el hueso pélvico en su lugar.
Durante seis semanas posteriores a la cirugía, Hannah usó un yeso que abarcaba desde debajo de los brazos hasta los tobillos.
El camino hacia la recuperación
A pesar del estado crítico en el que nació, Hannah se recuperó perfectamente de la cirugía y su estado siguió siendo favorable. Luego, cerca de los 2 años de edad, comenzó a presentar complicaciones
debido a infecciones urinarias frecuentes, que son habituales en niños con esta afección. El Dr. Labbie le realizó a Hannah una cirugía de implante de uréter, y las infecciones desaparecieron.
"El Dr. Labbie y su equipo fueron maravillosos", comenta Marisela. "La primera vez que escuché acerca de la extrofia de vejiga, el pronóstico parecía poco alentador. Algunos niños presentan incontinencia irreversible, pero no es el caso de Hannah; y su vejiga creció de forma significativa. Nuestra pequeña niña de 6 años es un milagro gracias al Dr. Labbie y al Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital".