Para algunos niños, hacer deportes no solo es divertido, sino que es una pasión. Para Esteban Leon, de 14 años, el fútbol está presente en todo momento. Ha jugado fútbol en la escuela y en una liga competitiva desde que comenzó la escuela primaria. Cuando tenía solo 10 años, una tarde sus sueños quedaron paralizados en la cancha de fútbol.
“Sintió que algo se rompía y se cayó debido al dolor”, cuentan su padre, Emmanuel Rodriguez, y su madre, Jady Parra. Para cuando llegamos a la sala de emergencias en Miami Children’s, Esteban apenas podía pararse y los médicos reconocieron rápidamente los signos de lo que podía ser una fractura grave. Lo llevaron al quirófano, donde los médicos comenzaron a trabajar rápidamente en su cadera rota.
El Dr. Avi Baitner, cirujano ortopediatra de Miami Children’s Hospital (Hospital Infantil de Miami), dice que las lesiones de cadera no son comunes en los niños. “Representan menos del 1 % de todas las fracturas pediátricas”. Las radiografías mostraron que Esteban se había fracturado al fémur en las placas de crecimiento de la cadera.
Debido a que aún estaba en etapa de crecimiento, el Dr. Baitner dice que tuvo que reparar el hueso e implantar varillas para reparar la cadera rota, las cuales permiten que el cuerpo continúe creciendo. “Las fracturas de cadera en los niños son completamente diferentes que en los adultos y, por lo tanto, deben tratarse de forma diferente. Los huesos de los adultos están fijos, pero los de los niños continúan creciendo, por lo que la cirugía se vuelve mucho más compleja”.
Después de la cirugía de cuatro horas, Esteban tuvo que usar un yeso para el cuerpo durante seis semanas y sus movimientos eran limitados mientras su cuerpo sanaba. Luego tuvo que hacer varios meses de rehabilitación para que su cuerpo volviera a aprender a caminar, correr e incluso patear. “Fue muy difícil verlo así. Nos preocupaba que nunca pudiera jugar el fútbol de nuevo”, recuerda Rodriguez.
Un año después, a Esteban se le realizó una segunda cirugía para retirar el equipo que se le colocó en la cadera. A pesar de los meses de tratamiento y recuperación, Esteban se recuperó por completo y ya está haciendo lo que más ama: jugar al fútbol. Su familia dice que está agradecida al Dr. Baitner y a Miami Children’s por ayudarlo a sanar y poder volver a practicar su amado deporte.