Parálisis o lesión obstétrica del plexo braquial

también conocido como: lesión del plexo braquial en el nacimiento (BPBI), lesión obstétrica del plexo braquial (OBPI), lesión del plexo braquial relacionada con el nacimiento, parálisis de Erb, parálisis global

¿Qué es la lesión del plexo braquial en el nacimiento?

El plexo braquial es una red de nervios que va desde la médula espinal, a través del cuello, hasta el brazo. La lesión del plexo braquial en el nacimiento se refiere al daño al plexo braquial que ocurre en el nacimiento, y puede estar relacionado con un parto complicado.

¿Qué causa la lesión del plexo braquial en el nacimiento?

Durante el parto de bebés grandes, o de bebés más pequeños que salen de nalgas, los nervios del plexo braquial pueden estirarse y lesionarse. Algunos factores de riesgo asociados con la lesión del plexo braquial en el parto incluyen un parto largo y complicado, un bebé más grande de lo normal, diabetes gestacional, obesidad materna y nacimiento de nalgas.

¿Cuáles son los síntomas de la lesión del plexo braquial en el nacimiento?

La gravedad de los síntomas puede variar ampliamente según la extensión del daño. Hay una función sensorial y motora incompleta en el brazo afectado. La presentación más común (y menos grave) es la parálisis de Erb, en la que el hombro rota internamente, el codo se extiende y la mano y la muñeca funcionan normalmente.

La presentación más grave de la lesión del plexo braquial en el nacimiento, también conocida como parálisis global, se presenta con una parálisis completa del brazo afectado, sin función en el hombro, codo, antebrazo, muñeca ni mano. Hay presentaciones intermedias entre la parálisis de Erb y la parálisis global.

¿Cuáles son las opciones para el cuidado de la lesión del plexo braquial en el nacimiento?

La evaluación inicial de los pacientes con lesión del plexo braquial en el nacimiento debe realizarse dentro de los primeros 1 o 2 meses de vida, y debe llevarse a cabo en un centro especializado en el cuidado de lesiones del plexo braquial. A pesar de que muchos casos se recuperarán espontáneamente, la terapia temprana con un terapeuta ocupacional o fisioterapeuta pediátrico es fundamental para evitar que se desarrollen deformidades articulares permanentes. Si no se produce una recuperación espontánea, es posible que se requiera una cirugía para reparar o reconstruir los nervios dañados.

En los casos más graves, este tipo de cirugía puede considerarse a partir de los 3 meses de edad. A medida que el niño crece, se puede considerar la posibilidad de realizar una cirugía para mejorar los músculos débiles y corregir las deformidades articulares; por lo general, se trata de transferencias de tendones y reposicionamiento de huesos.


Revisado por: Aaron J. Berger

Esta página fue actualizada por última vez en: enero 17, 2020 01:17 p. m.

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