Cuando el bebé Lubenson llegó a la escuela y orfanato Hope for Haiti Children’s Center, en Ouanaminthe, Haití, en la primavera de 2006, los misioneros supieron de inmediato que necesitaba más de lo que la comunidad médica de la pequeña isla podía ofrecerle.
La cara de Lubenson, de sólo ocho meses de vida, estaba desfigurada por un tumor enorme en la boca que ponía en peligro su vida. “Yo lo miraba sin poder ayudarlo mientras él luchaba por respirar y comía con dificultad”, recuerda Danita Estrella, Directora del Haiti Children’s Center. “Lubenson y yo pasamos una semana juntos, estrechando nuestro vínculo afectivo mientras yo imploraba que ocurriera un milagro. Era sumamente necesario que fuera trasladado a EE. UU con urgencia. El tumor crecía todos los días y comenzaba a oprimirle el ojo.
Estrella recibió el milagro. Se comunicó con amigos, compañeros y colegas misioneros hasta que por último logró sortear los procesos para obtener una visa médica, que normalmente tarda muchísimo tiempo. En una semana, Lubenson y Estrella se encontraban en camino a Estados Unidos. La primera parada era Miami, donde obtendrían una biopsia de la masa que cubría la cara de Lubenson antes de buscar tratamiento médico en algún hospital de Estados Unidos. “Me preocupaba tener que dejar a mis niños y al ministerio en Ouanaminthe”, recuerda Estrella. “Pero en ese momento me acordé del buen pastor que abandonó a su rebaño de 99 ovejas para salvar a una sola. Lubenson era como esa oveja sola”, dijo.
La biopsia realizada en el Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, reveló que Lubenson tenía un tumor neuroectodérmico melanótico infantil, un trastorno poco común, pero que puede causar la muerte. En resumen, necesitaba una cirugía de inmediato. Ahí es cuando el doctor Anthony Wolfe, Director de Cirugía Plástica del Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, entra en escena y ofrece donar sus servicios. En una cirugía que duró tres horas, el doctor Wolfe extirpó el tumor y reconstruyó la cara de Lubenson utilizando tejido muscular de la sien para rellenar el orificio que le había quedado en la boca. “En ese momento no sabía que el doctor Wolfe era un especialista en reconstrucción facial en niños reconocido en todo el mundo”, recuerda Estrella. “Nos sentimos muy afortunados. El doctor fue magnífico y mostró una gran sensibilidad”. El doctor Wolfe desarrolla procedimientos innovadores para ayudar a los niños con anormalidades faciales severas y ofrece conferencias sobre el tema a nivel internacional. Su magnífico trabajo, y el de todo el equipo del Centro Craneofacial del Nicklaus Children's Hospital, anteriormente Miami Children's Hospital, fue presentado en TLC Television Network.
Hoy, Lubenson se encuentra nuevamente en su hogar, Haití. “Muchos médicos (en Haití) me decían que Lubenson no sobreviviría, pero la fe, el amor, la perseverancia y la compasión cambiaron la historia”, dijo Estrella. “Cada vez que lo veo sonreír, me invade un sentimiento de gratitud”.