Yo soy una de esas mamás que no se quiere perder nada de sus hijas. No me quiero perder las primeras veces como reírse, gatear, sentarse, hablar… quiero ser a la primera a la que le tire un besito o que le regale una carcajada.
Y a medida que van creciendo hago hasta lo imposible por estar en todos los actos, shows, días especiales, fiestas y demás eventos en la vida de unas niñas llenas de actividades.
Pero al tener tres chiquitas entre los dos y los ocho años, estar en TODO es más o menos imposible. Por eso, trato de practicar muchas veces una frase que mi papá me repetía, “
es mejor la calidad de tiempo y no la cantidad.”
Y es muy cierto, pues me he dado cuenta que a veces por querer estar en todo y hacer todo por ellas, la calidad de tiempo no es la mejor. Ósea, estoy, pero corriendo, sufriendo y muchas veces pensando cómo llegar a lo otro a lo que debo de atender.
Hoy quiero invitarlas a que nos tomemos un buen tiempo para estar con nuestros hijos y tener más calidad al compartir con ellos.
Y esto es no solo para las mamás que trabajan, a quienes entiendo, pues soy una de ellas, y me consta lo que sentimos al no poder estar con nuestros chiquitos como queremos. Sino también a las mamás que están 100% disponibles para atender sus pequeñitos. Todas, cada una en nuestra manera, queremos tiempo con estas personitas que nos llaman MAMÁ.
Algunos consejos para que el tiempo que tengamos, sea mucho o poco, valga la pena y deje huella en ellos y nosotras.
Apaga el celular, las tabletas y la televisión.
- Aunque es difícil de hacer, desconectarse es fundamental para poder conectarte con tu hijo/a. Sin llamadas, mensajes, videos u otras distracciones, tienes oportunidad de hablar y conocer un poco más de su día, de sus historias y de lo que hizo con sus amigos. Puedes entender un poco sus miedos, sus logros y lo que más le gusta en ese momento.
Encuentra un interés en común con tus chiquitos para hacerlo juntos.
- A mi hija mayor y a mí nos encanta pintar, así que una de las cosas que hacemos juntas es colorear libros. Mientras nos divertimos haciendo algo que nos apasiona, conversamos de sus cosas y me da una gran oportunidad para saber un poquito más de su vida en el colegio.
Salgan a jugar al aire libre.
- Estar afuera y conectados con la naturaleza es una gran oportunidad para disfrutar de ser niños. Pinta con tizas en la calle, juega a las escondidas o ayúdales a montar en bicicleta u aprendan juntos a montar en patines.
- Recuerda que tú eres el ejemplo de tus hijos, así que ¡muéstrales tus habilidades en los deportes, ellos pueden aprender mucho de eso!
A la hora de la comida, siéntense todos, en familia a conversar de su día.
- Al estar todos en la mesa juntos, creamos un ejemplo de unión familiar. Es el momento que les contemos que hicimos en nuestro día, lo que logramos en la casa o en el trabajo. Al ellos oír estas historias de tu parte, también compartirán sobre sus días y lo bueno o malo que paso en el colegio.
Pon música y baila con tus chiquitos.
- Muéstrales como dar vueltas o como hacer los pasos de salsa o merengue que tanto te gustan. A mi hija de 4 años le encanta que bailemos con ella. El movimiento la llena de alegría y es una oportunidad perfecta para darle tiempo y calidad a ella con su mamá.
- Como estas, hay muchas otras cosas que puedes hacer para realmente disfrutar a tus hijos. Conéctate con las cosas que les gusten a ambos y hagan de esto un puente de conexión a una buena relación con ellos.
Y recuerda siempre, no es la cantidad de tiempo, es más bien sacar un ratito para darle una buena calidad a la relación con tu hijo/a.