Manejo del dolor después de la cirugía

El dolor que se experimenta después de la cirugía es diferente para cada persona. Sus médicos, enfermeros y familiares tienen el mismo objetivo: ayudarlo para que esté lo más cómodo posible. La tensión en el cuerpo y la rigidez de los músculos pueden causarle más dolor, por eso es muy importante que aprenda a relajarse y estar tan sereno como sea posible. Está muy bien pedir un medicamento para el dolor cuando lo necesite. En realidad, los medicamentos funcionan mejor si los recibe antes de que el dolor se vuelva insoportable.
 
El enfermero le preguntará sobre su nivel de dolor con frecuencia. Utilizará lo que llamamos una "escala de dolor" de 0 a 10. El 0 significa que no hay dolor, mientras que el 10 representa el peor dolor que haya experimentado. El enfermero puede pedirle que describa el dolor que siente con palabras como punzante, quemante, pulsante o sordo. Sea sincero con los enfermeros en todo momento. Están aquí para ayudarlo a estar cómodo.
 
Estas son algunas sugerencias que han ayudado a otros niños y adolescentes:
  • Cambie de posición.
  • Canalice el dolor. Piense que el dolor abandona su cuerpo o concéntrese en otra parte del cuerpo, como el pulgar o el codo.
  • Pídale a alguien que le lave la cara o el cabello. Notará una gran diferencia al sentirse fresco y en calma.
  • Escuche música que lo tranquilice.
  • Pídale a alguien que le lea algo.
  • Cambie el ambiente en su sala. Por ejemplo, apague las luces, cierre las persianas y encienda un ventilador para refrescarse.
  • Emplee técnicas de respiración. Las respiraciones lentas y profundas a veces ayudan a que el cuerpo se relaje.
  • Levántese y camine de un lado a otro.
  • Vaya a dar un paseo breve (con ayuda, por supuesto).

Lo más importante que puede hacer es identificar qué lo ayuda a relajarse y luego elaborar su propio plan. Comparta su plan con el familiar que estará con usted en el hospital o escríbalo. Siempre mantenga una actitud positiva: ¡cada día será mejor que el anterior!